viernes, 23 de noviembre de 2007

ONCE


“So plant a thought and watch it grow.“

Amb aquesta estrofa d’una de les cançons que apareixen es pot resumir gran part de la peli. Ni tiu guapíssim que coneix a tia guapísima, ni típic final feliç (encara que en certa manera sí que hi ha final feliç), ni història especialment extraordinària i surrealista.
I encara la fa més atractiva el fet que hagi estat premiada al Festival Sundance, un dels festivals de cine independent amb més bona reputació, dirigit per Robert Redford.
Una de les característiques que em va cridar l’atenció va ser que en cap moment se sap el nom dels protagonistes. És una cosa que he intentat en molts dels meus escrits perquè mai ho havia vist fer i sempre em costava molt d’aconseguir. A ONCE s’aconsegueix sense forçar en cap moment les situacions o els diàlegs, sense que t’adonis.


Es veu que al director se li va acudir la idea de fer una mena de musical modern en un concert de The Frames a Dublín. D’aquí que el film estigui rodat a Irlanda i que el protagonista i el compositor de les cançons sigui Glen Hansard, el cantant de The Frames. Potser així s’entén millor que hagin pogut aconseguir una banda sonora tan bona. Podríem dir que tota la pel·lícula gira en torn de les cançons, o potser millor, que les cançons mouen la pel·lícula. El que per mi és un punt negatiu és que absolutament totes siguin romàntiques, però tampoc arriba a fer-se pesat perquè els puntejats i les melodies amb la guitarra són molt bonics i els duets amb piano i les dues veus també queden genials.

No és la millor peli que he vist, però per passar una estona agradable escoltant bona música està molt molt bé.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Un buen día

Despiertas sonriendo y los surcos de espuma en la taza de café vacía te parecen una tierna obra de arte. Empiezas a montarte historias sobre el posible transcurso del resto del día y de ahí al posible transcurso del resto del año. Te pones cualquier tontería y te ves bonita: hoy el espejo está a tu favor. Sales de casa y el ascensor está estropeado. Pues mejor, piensas, así hago ejercicio. Fuera, en el cielo, dragones grises a punto de escupir una buena tormenta. No importa, seguro que despeja. Compras el periódico y justo entonces cae el chaparrón. El diario se moja tanto que la primera página queda ilegible. El buen humor se transforma en mala leche y todo el sentimentalismo ñoño en rabia acumulada a punto de estallar.
Sí, bueno, está bien ser positivo, el mundo se ocupará de estropear tus planes.

viernes, 9 de noviembre de 2007

WILCO 8/11


His goal in life was to be an echo

This is not a joke, so please stop smiling


Our houses hemmed into homes

Remember to remember me, standing still in your past, floating fast like a hummingbird
Right about the stars, each one is a setting sun

Razz abarrotado. Decenas de pies colgando por entre la barandilla del segundo piso y otras tantas cabezas apelotonadas en la pista central. En el escenario demasiada luz: cuatro guitarras eléctricas y una acústica, una batería, un teclado, maracas, bajos…Pero nadie toca. Son más de las nueve y los teloneros, cuyo nombre no aparece en la entrada del concierto, deberían de haber empezado a las 20:30.
Las 21:35 y los únicos que se han acercado al micro son los técnicos de sonido. De repente sube al escenario un tío con sombrero, una acústica colgada y una harmónica, a lo Bob Dylan. Con él aparecen también un guitarrista, dos bajistas, un batería y un pianista. El guitarrista se sienta en una silla, coge la eléctrica y se la pone horizontal sobre las piernas, a modo de mesa de mezclas. El del sombrero empieza a rasgar un arpegio en la guitarra. ¿Es él? ¿Es Jeff Tweedy o son los teloneros? El sombrero y los juegos de luces no dejan ver su cara con claridad. Entonces acerca la boca al micro y canta las primeras sílabas de una canción de rock bastante lenta. ¡Sí que es él! ¡Se han comido a los teloneros! Las cabezas empiezan a balancearse con ese movimiento espontáneo que provoca la buena música. Y sí, este es uno de esos casos en los que se puede decir con razón que en directo aún son mejores. La voz de Jeff es muy buena, no decepciona, y el sonido tres cuartos de lo mismo. Además, el guitarrista, aunque entradito en años, es un crack. ¡Vaya solos! Movía los dedos a unas velocidades increíbles. Pero quizás lo mejor del directo es que ves como disfrutan tocando y eso te hace disfrutar también a ti. Hacen que te lo pases bien incluso con canciones que ni conoces. Además, se veían buena gente, sin pretensiones, cercanos. Fueron puntuales, amables, bromistas, ¿qué más se puede pedir?
Transmitían algo especial en sus canciones, sobre todo en “On and on and on”. Con las primeras notas medio Razz estalla en un “Oooooh!” y escuchamos a uno detrás nuestro que dice: “Es que esta canción se ve que va dedicada a su madre que murió hace un año y también es para animar a su padre a seguir adelante: “I will live in you and you will live in me, until we disappear together in a dream.”