miércoles, 27 de febrero de 2008

Que llegue ya el verano!!

Después de comer

Estirados en la playa miran hacia el cielo sin nubes. Sus cuerpos están llenos de gotas de agua salada que el sol, poco a poco, va haciendo desaparecer. Sacan unas cartas y, convirtiendo la toalla en tablero, empiezan la partida y entre jugada y jugada recuerdan momentos de su escapada a Ibiza la noche anterior. Al cabo de un rato, un par de ellas se acercan a la orilla, otros siguen jugando y alguno se sienta y observa.

Un rato más tarde

Una sombra con forma de perro mordiéndome la cara y entre mordisco y mordisco las olas salpicando los gritos de los niños y un padre que quiere tener hijos para jugar con ellos a palas.

Antes de pasar la ola hay pequeñas dunas bajo el agua transparente. Después se transforman en nubes marrones bajo el mar. Y qué arena aquí en la orilla: brilla como si en ella se escondieran miles de pepitas de oro.

El agua me cubre los pies, medio enterrados en la arena. Mis uñas se confunden entre las conchas. El viento adhiere sal a mi cuerpo proporcionándole una nueva capa de piel, una piel marina.


Qué tranquilidad.

Anochecer

Llegan al apartamento de paredes blancas y puertas azules y comienzan los turnos de ducha. Cuando por fin han acabado ya es hora de cenar y unos cuantos empiezan a cocinar mientras los que fregarán esperan charlando en el sofá con música de fondo.

Noche

Se adentran juntos por las callejuelas del pueblo en busca de algo especial una noche más, una de las últimas de la semana. Es como si la luz del sol se hubiera quedado encerrada en su piel esperando a la noche para proporcionarles un brillo especial a esos cuerpos morenos.

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