lunes, 28 de julio de 2008

Ibiza

Viernes, 21:00

Subimos al ferry hacia otro mundo: el de la noche.
Nos adentramos por callejuelas del casco antiguo, repletas de tenderetes y tiendas que no cerrarán hasta pasadas las 12, bares donde se venden entradas de las discotecas, restaurantes y mucha, muchísima gente.
Cenamos en una pizzería monísima y después cotilleamos por el mercadillo hasta q consiguen sacarnos un poco de pasta. Vamos a un bar a beber 1litro de sangría q nos regalan para calmar el dolor de la clavada d la entrada de la discoteca y vemos como un buen grupo de travestis se prepara para el espectáculo Manumention en Amnesia. Luego nos sentamos en unas escaleras de la muralla, a la vista de todo el mundo, a beber (por qué esconderse).
Alrededor de las 3 intentamos coger un bus gratuito q supuestamente nos ha de llevar a Amnesia, pero no conseguimos encontrarlo y, tras rechazar a un falso taxista timador y suplicar a alguno otro, conseguimos subirnos a un taxi de carreras en el q el conductor no considera necesario llevar cinturón.
Al entrar por fin en la macrodiscoteca la descarga de adrenalina es indescriptible. Rayos de luz verde atraviesan a la gente bailando, el láser ralentiza sus movimientos, tarimas por todos lados con gogos, travestis y espontáneos y el rincón más atractivo: el de los globos de la risa q te hacen flotar durante unos minutos.
Más tarde empieza el espectáculo. Un grupo de mujeres y hombres medio en pelotas salen al escenario haciendo un número rollo cabaret erótico. Un tio recorre la tarima con una botella, derramando alcohol sobre las bocas abiertas al lado del escenario, una tia saca de debajo del ombligo una cuerda kilométrica con banderitas y se la ofrece a un par de chicos del público q suben a la tarima y la sostienen con los dientes.
La noche pasa increíblemente deprisa y a las 7:30 ya estamos en el ferry de vuelta a la calma de Formentera.

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