J.D.Salinger

"-He dicho que no, que no habrá sitios maravillosos a los que podremos ir cuando haya ido a la universidad. Escúchame bien. Entonces todo será diferente. Tendremos que bajar en ascensores con maletas y todas esas cosas. Tendremos que llamar a todo el mundo para despedirnos, y mandarles postales desde los hoteles y todo eso. Y yo estaré trabajando en una oficina ganando un montón de pasta, e iré a trabajar en taxi[...] y leeré los periódicos, y jugaré al bridge todo el tiempo, e iré al cine y veré un montón de cortos, y de trailers, y de noticiarios estúpidos.[...] Siempre sacando estúpidas carreras de caballos y una señora rompiendo una botella contra un barco y un chimpancé con pantalones montado en una maldita bicicleta. No será lo mismo."

"-Podría ser de esas en que a los treita años te encuentras un día sentado en un bar odiando a todos los que entran con aspecto de haber jugado a fútbol en la universidad.[...]O puede que acabes en alguna oficina tirándole clips a la secretaria más cercana.
[...]
-Es el tipo de caída destinada a los hombres que en algún momento de su vida buscaron en su entorno algo que éste no podía proporcionarles.[...] Así que dejaron de buscar. Abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera.¿Me sigues?"

Son un par de párrafos que me han llamado la atención de El guardián entre el centeno.
Trata de un chico que parece Woody Allen de joven, (al menos a mí me lo parece excepto por lo de que odia las películas), irónico, que describe cómo pasa por un momento crítico en su vida. Pero lo hace de una manera tan inocente, tan natural que engancha desde el principio.
Vale muchísimo la pena, fácil de leer y puede que a algunos/as las situaciones les resulten familiares.
Aprovechad que en verano hay muchos ratos libres!